La Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS) presentó el pasado 18 de marzo su nuevo ciclo de webinarios, los WebinAEDS, con una primera sesión centrada en un tema de actualidad: ‘El nuevo Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial: Oportunidades y desafíos en su aplicación en el ámbito sanitario’. La principal virtud de este reglamento radica, según el consenso de los expertos, en su función como base regulatoria.
Sin embargo, cuenta con algunas desventajas, como la velocidad de desarrollo y la globalidad de la norma. “Me preocupa que la norma pueda nacer obsoleta. Comenzará a aplicarse, con algunas excepciones, a los dos años de su entrada en vigor, lo que nos lleva a un escenario de mediados de 2026. En ese lapso temporal es muy probable que los avances tecnológicos alumbren nuevas realidades no contempladas en el Reglamento. Así sucedió con la propuesta inicial de la Comisión de 2021 que tuvo que ser modificada en el Parlamento ante el nacimiento de la IA generativa”, explicó Joaquín Cayón, director del Grupo de Investigación en Derecho Sanitario y Bioética IDIVAL de la Universidad de Cantabria.
Debido a los avances tecnológicos, es muy probable que la norma quede obsoleta al entrar en vigor
Entre las dificultades de esta regulación, Julio Mayol, catedrático de Cirugía en el Instituto de Investigación Gregorio Marañón de la Universidad Complutense de Madrid destacó la importancia de encontrar el equilibrio entre innovación y protección informativa del paciente. “Hasta que se ha publicado este reglamento había cierto vacío, por lo que se han aplicado los siete requerimientos del Alto Grupo sobre la Ética confiable en la IA”, apuntó Íñigo de Miguel, investigador de Ikerbasque en la Universidad del País Vasco. Esto, añadió, se ha incorporado en el nuevo texto, pero sin mantener un punto uniforme. “En términos de IA casi todo lo que vamos a utilizar como producto sanitario se puede clasificar como de ‘alto riesgo’, por lo que tendrá una gran importancia el enfoque hacia los derechos fundamentales y el mantenimiento de unos requerimientos básicos desde el inicio”.
“El impacto que tendrá esta tecnología es muchas veces imposible de predecir y que en el sector sanitario es algo realmente complejo”
En cuanto a las dificultades que entraña el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, Joaquín Cayón afirmó que “debemos tener en cuenta que no es una norma sanitaria”. Además, precisó que, “aunque indudablemente tendrá un importante impacto en el sector salud, no es descartable que en el futuro resulten precisas adaptaciones específicas a las singularidades clínicas, tal y como ocurre actualmente con el Reglamento Europeo de Protección de Datos”. A este respecto, Julio Mayol señaló que “el impacto que tendrá esta tecnología es muchas veces imposible de predecir y que en el sector sanitario es algo realmente complejo. Surgen gran cantidad de preguntas cuyas respuestas tendremos que ir descubriendo por el camino”.