Ricardo De Lorenzo, asesor jurídico de la Organización Médica Colegial (OMC) y presidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, fue el encargado de impartir la conferencia inaugural del VI Congreso de Deontología Médica, que organiza el Colegio de Médicos de Badajoz, en la que destacó que “los profesionales sanitarios van entendiendo la necesidad de ajustar su actuación a la lex artis, a la legalidad y a la deontología”.
De Lorenzo desarrolló que Derecho y Ética son dos círculos separados, pero que vienen ganando proximidad, hasta tal punto que actualmente tienen una zona de superposición que es, precisamente, la del Bioderecho o Derecho Sanitario. Por su parte, la Deontología profesional, no es otra cosa que el compendio aplicativo de la Ética en el ejercicio diario de los profesionales. Expuso que el Derecho Sanitario trata, con todos los tintes éticos y deontológicos citados, de la relación que vincula a los profesionales de la asistencia médica (a los médicos por su protagonismo en la misma) con los usuarios y pacientes a través de la atención.
La delimitación y autonomía del Derecho Sanitario ha vivido en España un importante proceso de desarrollo y consolidación durante las últimas décadas. El letrado subrayó que “el desarrollo del Derecho Sanitario en nuestro país se explica también por la preocupación creciente de los profesionales, en especial de los médicos, ante el incremento de la conflictividad en su relación con los pacientes, que desemboca en numerosas ocasiones en la vía judicial, ya sea civil, penal o administrativa, y que produce en aquéllos una notable sensación de inseguridad y la consiguiente tendencia hacia la práctica de lo que se ha venido denominando como “medicina defensiva”.
Desde el punto de vista del paciente, esta evolución se traduce en el paso de la concepción de la salud como suerte a la salud como derecho, lo que implica un sustancial cambio de actitud, desde una situación de sometimiento y resignación a otra de mayor exigencia de calidad y cantidad de prestaciones asistenciales que, por otro lado, no puede ya solo solicitar, sino exigir.
Ricardo De Lorenzo explicó que “los profesionales sanitarios van entendiendo la necesidad de ajustar su actuación a la “lex artis”, a la legalidad y a la deontología” y añadió que la práctica clínica no solo tiene un componente científico-técnico, sino que integra también otros elementos, “como la obligada información al paciente, como se han ocupado de enfatizar nuestros más altos tribunales”.
El asesor jurídico de la OMC detalló que hasta no hace mucho los motivos de disconformidad, respecto de acciones u omisiones del sistema sanitario, se dirigían a defectos en la eficacia y rapidez del mismo, asuntos en definitiva como la correcta práctica asistencial o la atención a la demora en la atención. Manteniéndose, hoy, como motivo de reclamación las ineficiencias del sistema, han emergido junto a estos motivos citados otros en un terreno completamente distinto y curiosamente en un contexto de positiva valoración de la figura de los profesionales sanitarios, y explico por qué añado esta última mención.
El cambio de modelo, la asunción del actual paradigma relacional de médicos y pacientes viene a partir de la consolidación del modelo horizontal de la práctica clínica, sobre el sustrato de los derechos fundamentales de los pacientes, introducidos en las últimas décadas. Es decir, “una nueva percepción, interpretación y aplicación del Derecho Sanitario”, apuntó De Lorenzo.
Los riesgos a los que se enfrentan los médicos
Ricardo De Lorenzo hizo hincapié en que “es un hecho notorio que los médicos del Sistema Nacional de Salud se enfrentan en la actualidad a muy numerosos, y a la vez distintos, tipos de riesgos: los derivados de la praxis sanitaria con relación a la prestación de la asistencia sanitaria a los pacientes; riesgos derivados del manejo de múltiples productos sanitarios y substancias biológicas y químicas; riesgos derivados de la complejidad de los equipos e instalaciones que manejan y utilizan y, cómo no, riesgos aportados por la complejidad relacional con usuarios y pacientes como destinatarios de la asistencia sanitaria. En otros términos, la actividad médica es una praxis de riesgo y con riesgo”.
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