Un cirujano del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha sido condenado a cinco años de cárcel por falsificar recetas para conseguir Viagra a través de un compañero, al que engañó con los datos de un familiar suyo que había fallecido.
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena tras rechazar el recurso presentado por el acusado a la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, que también lo condenó a cuatro años de inhabilitación especial para la profesión de medicina y al pago de una indemnización de 2.169 euros al Servicio Andaluz de Salud (SAS), correspondiente al valor de las recetas.
Cuatro años y medio de la condena corresponden a un delito de falsedad en documento oficial cometido por un funcionario público y el otro medio año por un delito de estafa.
El acusado alegó en su recurso a la sentencia de la Audiencia Provincial que se le había causado indefensión por la inadmisión de una prueba documental consistente en una papeleta de conciliación de fecha 22 de marzo de 2016, acto que se celebró con el recurrente y varios testigos debido a la existencia de un procedimiento judicial por un presunto acoso laboral en el cual el imputado consta como demandado.
Según el facultativo, ese documento «pondría en evidencia el testimonio de los testigos» propuestos por la acusación particular ejercida por el SAS.
El Supremo dice que «nada podría aportar la prueba documental» en cuestión -rechazada en su momento- dado que «la existencia de un procedimiento laboral en el que el acusado está demandado, en nada afecta a este procedimiento en el que ha quedado acreditada la falsedad de las recetas oficiales y la adquisición de medicamentos de forma gratuita a costa de la sanidad pública».
Así, «se trata simplemente de la descripción de los hechos» por parte del tribunal, «que se limitó a hacer constar que el acusado» solicitó a un compañero que le rellenase una prescripción para pacientes ambulatorios «haciéndole creer que era para un familiar suyo que había fallecido».
Según el Supremo, «con esta prescripción se dirigió al servicio de Farmacia» del complejo hospitalario, donde «el auxiliar de enfermería le facilitó 280 comprimidos de sildenafilo, así como la nueva receta de farmacia para su posterior dispensación para la continuación del tratamiento», receta «expedida también a nombre de la persona fallecida» con la que «acudió de nuevo al servicio de Farmacia y logró que le dispensaran otros 244 compromisos de la misma sustancia».
En el fallo judicial la Audiencia elevó la solicitud de indulto parcial para el médico para que la condena se reduzca a dos años de prisión y a otros dos de inhabilitación al considerar que «las penas legales que procede imponer por los hechos enjuiciados, aun siendo estos graves, pueden resultar desproporcionadas, en cuanto limitada la conducta mendaz y fraudulenta a dos recetas y a un importe no muy elevado».