Insuficiente prestación por long covid para unos sanitarios «desprotegidos»

¿Son adecuadas las prestaciones que recibe el personal sanitario afectado por covid persistente? Para Ana María Orellana, magistrada del Tribunal de Justicia de Madrid (TSJM), las medidas que se han implantado para compensar a profesionales que se enfrentan a agentes biológicos como el coronavirus “son insuficientes” dadas las “discrepancias” a la hora de abordar esta patología como una enfermedad profesional y el hecho de que se asimile como accidente de trabajo.

El impacto del ‘long covid’ en las plantillas sanitarias ha centrado el debate organizado por la Fundación Asisa en el marco del XXVIII Congreso de Derecho Sanitario, en el que además de Orellana han tomado la palabra Juan Carlos Abad, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario de Moncloa; Montserrat García, jefa del área de Salud Laboral del Ministerio de Sanidad; y Susana Molina, magistrada de la sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Según ha expuesto la propia Orellana en esta mesa moderada por Luis Mayero, consejero de Asisa Lavinia, el Ejecutivo central asimiló en marzo de 2020 mediante decreto los accidentes de trabajo a los efectos de la prestación económica de incapacidad temporal. “Esto significa que se cobraba desde el primer día con cargo a la Seguridad Social”, ha indicado la magistrada, que ha considerado este como el primer “hito” de cara a la protección de los profesionales frente al Covid-19.

El segundo se alcanzó con el impulso del RD 19/2020, que ofrecía medidas “especiales” para el personal sanitario, un colectivo «desprotegido» sobre el que se puso el foco “no asimilando sino decretando que la contingencia de la baja por covid sería accidente de trabajo mientras durara el Estado de Alarma”.



El “problema”, ha continuado, surgió a raíz de las prórrogas de este Estado de Alarma. En concreto, con el surgimiento de una nueva legislación que daba lugar a una serie de “discrepancias” entre enfermedad profesional y accidente de trabajo.

En España, la contingencia determinante de los contagios por Covid-19 a profesionales sanitarios y sociosanitarios se considera como enfermedad profesional bajo presunción de haber contraído la infección en su desempeño profesional. En este sentido, la legislación entiende que la derogación de artículos que incorpora el real decreto de 2021 se ciñe exclusivamente a lo relativo al fallecimiento de un trabajador en los cinco años siguientes a haber contraído la enfermedad y a causa de la misma.

¿Esto es suficiente? Según mi criterio, no”, ha zanjado la magistrada, quien ha recordado que la enfermedad profesional se distingue de los accidentes de trabajo “en que lleva aparejada una serie de deberes y obligaciones muy ventajosas para el beneficiario”.

La propia Orellana ha puesto en valor la proliferación de sentencias que avanzan en la vía del reconocimiento de la enfermedad profesional por covid en las plantillas sanitarias, como la que emitió el pasado junio la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en favor de una misionera a la que se le reconoció la incapacidad temporal derivada de enfermedad profesional por covid.

Sobre este asunto, Montserrat García, jefa de Salud Laboral del Ministerio de Sanidad, ha destacado que esa asimilación de la prestación por accidente de trabajo “no tuvo nada que ver con si se consideraba contingencia profesional o no”, sino que “fue una medida de salud pública para garantizar el aislamiento de la población y frenar la transmisión”.

Asimismo, ha incidido en que el área de Sanidad avanza en el reconocimiento de medidas para valorar las condiciones de los trabajadores afectados por el ‘long covid’, entre las que se encuentra la adaptación de los puestos de trabajo.

Lo cierto es que el covid prolongado sigue presentando enigmas al mundo de la ciencia. Según los datos expuestos por Juan Carlos Abad, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario Moncloa, hasta el 15,2 por ciento de los pacientes de coronavirus sintomáticos han arrastrado la patología en los meses posteriores. “El 41,5 por ciento tienen hasta 10 síntomas”, ha apuntado.

El propio Abad ha explicado que, “con las herramientas actuales”, resulta “imposible establecer un diagnóstico de ‘long covid’”. “Es un síndrome nuevo, de curso incierto y con una múltiple afección sistémica. Necesita un tratamiento multidisciplinar”, ha destacado.