La vocal de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS) y catedrática de Filosofía del Derecho de la UNED, Ana Marcos, ha advertido de que, prohibir la compra de tabaco a los nacidos a partir del año 2009, tal y como ha hecho Reino Unido, es un «exceso de injerencia estatal en la libertad individual» y ha asegurado que «hay otras medidas intermedias antes que la prohibición como: una buena educación, una corresponsabilidad de las empresas, el aumento de precio, el empaquetado genérico, etc».

«No es una medida idónea porque se pueden determinar muchas medidas antes, también podría establecerse una ley para que esas empresas no incluyan esos elementos adictivos en la elaboración de los cigarrillos. Yo creo que aquí la responsabilidad también sería la del fabricante», ha declarado Ana Marcos durante el WebinAEDS ‘Fumar o no fumar: reflexión jurídica sobre la prohibición del tabaco a los nacidos en 2009’, celebrado este jueves.

Así, ha señalado que «el tabaco no es adictivo, sino que son adictivas las sustancias que ponen en el tabaco las empresas» por lo que ha propuesto que, «igual que se controla el procesamiento de los alimentos, se establezca una ley para que esas empresas no incluyan esos elementos en la elaboración de los cigarrillos».

«No comparto una visión de la autonomía individualista, como sabéis todos, mi concepto es autonomía relacional, pero, en este caso, yo creo que la prohibición es un caso de paternalismo duro que no tiene justificación», ha sentenciado advirtiendo que, medidas como esta suponen «una interferencia en la libertad que se puede llevar a otros campos que puede originar un mercado negro, que vulnera el principio de igualdad».

Por su parte, el catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía política en la Universitat de València y miembro del Comité de Bioética de España, Vicente Bellver, también ha apostado por «no adoptar esta medida, salvo en el caso de que hubiera un consenso parlamentario muy amplio refrendado, lógicamente, por un amplio consenso social», adoptando mientras tanto medidas «menos invasivas».

«El riesgo enorme de una prohibición inexorable de este tipo es el que lo que no se puede hacer de manera legal se haga de manera ilegal. Generando unos efectos mucho más dañinos de los que se pretendía combatir», ha advertido refiriéndose a un posible ‘mercado negro’ de tabaco.

En esta línea, Vicente también ha mencionado el debate existente entre la protección de la infancia y la libertad de los padres para educar y para proporcionar a los hijos el ambiente que ellos consideran idóneo para la educación. «Se puede plantear la prohibición del consumo de tabaco en el coche, pero aquí nos encontramos no solo la protección de la salud sino de la infancia y creo que prima la libertad de los padres a la hora de educar a los hijos sobre esta protección de la infancia porque la mejor manera de proteger la infancia es fortalecer el vínculo paternofilial», ha apuntado el experto.

Por el contrario, el vicepresidente segundo de AEDS, vicerrector de Relaciones Institucionales y secretario general de la Universidad Pontificia Comillas, Federico de Montalvo, se ha mostrado a favor de imponer la prohibición de venta de tabaco porque considera que es «una medida que va a funcionar» y que, de no ser así, «siempre se puede retirar».

«Es una medida que va a funcionar, pero obviamente siempre es una medida que sujetaría una evaluación ex post, una evaluación permanente para ver cómo funciona. Yo creo que es importante experimentar, crear laboratorios de políticas públicas, incorporar medidas que luego se pueden retirar si no funcionan. En tabaco la prohibición ha funcionado bien», ha destacado de Montalvo.

No obstante, el experto ha advertido de que hay que «ser cautos» y «no cambiar el modelo de responsabilidad solidaria por responsabilidad punitiva», por lo que ha propuesto fomentar la «formación y la información» sobre tabaco. Y, con respecto a la posibilidad de subir el precio del tabaco, de Montalvo ha señalado que no sería adecuada porque el Estado se estaría beneficiando del hábito fumador aún más. «A mí la medida de gravar el precio me genera cierta contradicción, me parece paradójica, porque el Estado acaba nutriéndose de algo que es perverso. Es decir, cuanto usted más fume, más dinero gana el Estado», ha concluido.

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